Cine, Dientes y Dentistas

Web sobre la relación del cine con los dentistas, los dientes y el mundo de la odontología


Tres anuncios en las afueras

Título original: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri ; Dirección Martin McDonahg;
Intérpretes: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell, Caleb Landry Jones,
Lucas Hedges, Peter Dinklage, John Hawkes, Abbie Cornish, Brendan Sexton III,
Samara Weaving, Kerry Condon, Nick Searcy, Lawrence Turner, Amanda Warren
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  Año: 2017Duración: 112 min.; País: Reino Unido

Consiguió el Premio del Público en el festival de Toronto y en el de San Sebastián, nominada a 7 Oscar, ( de los cuales se alzó con dos), logró también el premio al Mejor Guión en el Festival de Venecia, y sigue recibiendo premios y, sobre todo, el interés del público. Las afueras a las que se refiere la película de Martin McDonagh se encuentran antes de llegar a Ebbing, una ciudad imaginaria creada por el realizador para dar rienda suelta a su idea de la América profunda. En realidad Tres anuncios en las afueras está rodada en Sylva, una localidad de Carolina del Norte donde no falta esa gran calle central en la que está ubicada la comisaría, donde transcurre una parte de la acción, y por la que transita con seguridad y desenfado la protagonista de esta historia, Mildred, interpretada por Frances McDormand.

Todo en Tres anuncios en las afueras transcurre con tranquilidad, casi la misma que se han tomado las autoridades para no resolver el caso de una chica de la localidad violada y asesinada siete meses antes. Por eso Mildred, la madre de esa joven, cansada de esperar, decide hacer su propia llamada de atención recriminando a las autoridades, que parecen haberse olvidado del caso, a través de tres enormes carteles publicitarios que se encuentran a la entrada del pueblo. Y es entonces cuando saltan todas las alarmas y cuando se descubre la ineptitud del sistema, la fortaleza de algunas personas, la hipocresía de otras, la manipulación, el valor y tantos y tantos sentimientos que McDonagh ha sabido contar dando prueba del gran dramaturgo que sigue habitando tras el realizador de cine que es actualmente.

Uno de los momentos fundamentales del filme tiene que ver con la toma de posicionamiento del pueblo ante la acción de Mildred. Y ahí se encuentran desde el sacerdote de la localidad hasta el dentista. Para el primero, la madre coraje no tiene más que palabras de desprecio y ante el segundo protagonizará una secuencia difícil de olvidar. Y es que Geoffrey, el dentista de Ebbing, un hombre obeso y con aspecto un tanto desaliñado, está más atento al que dirán que a hacer un trabajo profesional. Cuando Mildred se sienta y le habla de un problema con una pieza dental el dentista solo plantea la extracción. Ella le sugiere que lo mire, pero él insiste. Tampoco parece tener mucho interés en utilizar anestesia pero, ante la petición de la paciente, accede. Lo que Mildred no aguanta, aún con la boca dormida, es que Geoffrey, con la turbina en funcionamiento en la mano, le hable de la cantidad de buenos amigos de Willoughby (Woody Harrelson), el sheriff de la localidad, que estarían dispuestos a defenderle de personas como ella que solo quieren acabar con la armonía y la paz reinante en el pueblo. Ante eso la actitud de la paciente consiste en arrancarle la citada turbina y aprovechar para hacerle un agujero en el dedo pulgar perforándole la uña, antes de salir por la puerta con la boca aún dormida y dejando al odontólogo dando gritos de dolor. Todavía durará el poder de la anestesia cuando Willoughby, la encuentre en el bar y le pregunte por lo sucedido. “¿Hiciste un agujero en el pulgar de ese gordo?” “Su mano resbaló y se hizo el agujero”. El diálogo entre ambos se cierra con la afirmación categórica por parte de él: “No me gustan los dentistas. A nadie le gustan los dentistas”. Woody Harrelson da vida a uno de los personajes más intensos de la historia, junto con el de Frances McDormand; ambos habitan en una realidad inamovible, a pesar de sus esfuerzos.

Tres anuncios en las afueras no es una película de buenos y malos, ni siquiera de justos o injustos, pero sí habla de maldad y también de buenos sentimientos cubiertos por muchas capas de mediocridad o de impotencia. Los enormes y llamativos anuncios de Mildred son en realidad una llamada de atención ante ese adormecimiento social que, en esta ocasión, ha aturdido a un pueblo inexistente pero, en muchos aspectos, real.

 


Muchos hijos, un mono y un castillo

 Título original: Muchos hijos, un mono y un castilloAño:2017Duración: 90 minutos;
País: EspañaDirección: Gustavo Salmerón; Guión: Gustavo Salmerón, Raúl de
Torres,
 Beatriz Montáñez; Reparto:
Documentary, Gustavo salmerón,
Julia Salmerón
Productora:
Sueños Despiertos

Todo empezó, lo cuenta la protagonista principal de esta historia Julita Salmerón, con la búsqueda de una vértebra. En concreto la de su abuela, bisabuela a su vez del realizador de este documental, Gustavo Salmerón. El problema es que el hueso, que en su día se guardó con sumo cuidado en una caja, a la hora de empezar a rodar se encontraba perdido entre miles de objetos de todo tipo y condición. A la vista de todo lo que viene a continuación, lo cierto es que el proyecto podía haber comenzado con la búsqueda de una dentadura postiza, porque también aparece una en este hogar en el que los toques surrealistas están inmersos en medio de un síndrome de Diógenes cultivado durante décadas por una singular familia.

El documental resulta excepcional desde su propio título, pero es que los deseos de Julita Salmerón fueron desde siempre tener muchos hijos, poseer un mono y ser la dueña de un castillo. Y al final, consiguió los tres, porque fue madre de seis criaturas, llegó a vivir con un pequeño simio del que al final tendría que deshacerse, ya que no era tan cariñoso y pacífico como había soñado, y logró heredar un castillo, aunque tampoco esto les duraría para siempre y lo único que al final conseguiría sería tener muchos más objetos para conservar el día que tuvieron que deshacerse de aquella enorme propiedad.
Gustavo Salmerón, que ha trabajado como actor en numerosas películas  (Remake, Reinas, Asfalto…) y que ha dirigido algún cortometraje y un par de documentales, no ha dejado pasar esa oportunidad que le daba el pertenecer a una saga familiar tan peculiar y, sobre todo, el tener una madre capaz de colocarse ante una cámara como si lo hubiera estado haciendo toda la vida, de abrir sin pudor los armarios de su casa para que los espectadores conozcan lo que hay en su interior y de contar desenfadadamente esas historias personales que, habitualmente, suelen pertenecer al ámbito de los amigos y familiares. Precisamente es en ese contexto donde, seguramente, sería hasta ahora de sobra conocida la aventura que le ocurrió a Julita aquella vez que fue a tomarse un café y, preocupada como ha estado desde hace años por el exceso de peso, decidió utilizar sacarina en lugar de azúcar.  Su sorpresa fue que en aquel sabroso café apareció un diente y que lo que parecía un imperdonable fallo del establecimiento tenía que ver en realidad con aquella pequeña cajita de la sacarina que contenía los dientes de leche de sus niños y no un sucedáneo del azúcar. Aquella costumbre seguramente no era exclusiva de la familia Salmerón, ya que en algunos hogares se guardaban durante algún tiempo los pequeños dientes de leche de los retoños, seguramente tras habérselos arrebatado al ratoncito Pérez. Pero en el caso de Julita la caja de los dientes de leche pasó a engrosar el archivo familiar y a protagonizar una más de las aventuras que ha vivido por culpa de su afán de conservación.
Vértebras, dentaduras, postizas, dientes de leche…  el síndrome de Diógenes sobre el que bromea Julita Salmerón incluye la conservación de elementos tan personales como esos. Todos debidamente guardados en cajas, algunas de las cuales llevan su correspondiente letrero indicando el contenido, y que vivían apiladas en habitaciones sin uso posible, hasta que Gustavo Salmerón los ha descubierto con la excusa de este trabajo que, en la edición de los Goya 2018, se hizo con el Premio al Mejor Documental.

 


VI Edición del Festival de Cine y Dentistas de Navarra

20,00 horas. Martes, 13 de febrero

Cautivos (1994)

dentisDespués de que su matrimonio haya fracasado Rachel Clifford acepta un trabajo como dentista en la prisión de su ciudad. Allí conoce a Philip Chaney, un preso que está a punto de cumplir su condena. Philip no ha recibido ni una sola visita en los últimos seis años por lo que la presencia de la joven dentista le hace sentir algo incómodo. También el mundo de ella se transforma por completo cuando se da cuenta del interés que siente por el señor Chaney. En su día a día, ambos intentan que nadie note sus sentimientos.


‘SONRISA PELIGROSA”, DE DAVID ATKINS

TÍTULO ORIGINAL: NOVOCAINE;
DIRECCIÓN Y GUIÓN: DAVID ATKINS;

MÚSICA: DANNY ELFMAN & STEVE BARTEK;

FOTOGRAFÍA: VILKO FILAC;

INTÉRPRETES: STEVE MARTIN, HELENA BONHAM CARTER, LAURA DERN, SCOTT CAAN, ELIAS KOTEAS, KEVIN BACON;

PRODUCCIÓN: ARTISAN ENTERTIANMENT;

NACIONALIDAD: EE.UU;   AÑO: 2001;

DURACIÓN: 94 MINUTOS

   El cine ha pintado con frecuencia a los dentistas con las características que adornan al doctor Frank Sangster. Se trata de un profesional acomodado, que tiene una pareja encantadora y que disfruta de una vida placentera. Se pueden rastrear un buen número de títulos que presentan así a los odontólogos, sean estos protagonistas o secundarios. Ante estas condiciones tan perfectas se diría que los descensos a los infiernos resultan siempre mucho más llamativos.
 “Sonrisa peligrosa” cumple a la perfección con ese tópico del dentista perfecto, y la crisis que lo va a revolucionar entrará un día por la puerta de su consulta en forma de una joven y atractiva paciente a la que interpreta Helena Bonham Carter.
  Aficionada a los analgésicos su paso por el lugar de trabajo de Frank dejará no solo una secuencia deseducción entre dentista y paciente, sino también un misterio en torno a la desaparición de una serie de drogas que el dentista tendrá que justificar. Todo se irá complicando hasta que el odontólogo se vea metido en una nueva vida mucho más cercana al mundo de las drogas y de la violencia que al de los empastes y las revisiones dentales.
  Según transcurre la trama de la imagen de los personajes se irá transformando. Así la novia perfecta que interpreta Laura Dern comenzará pronto a resultar demasiado fría y distante. Su trabajo como higienista dental al lado de su prometido empezará a no parecer tan idílico y las piezas se irán recolocando en el tablero de una manera diametralmente opuesta a como habían aparecido al principio.
  “Sonrisa peligrosa” es en realidad la traducción de lo que en origen se titula Novocaine (un título que la vincula más estrechamente al terreno de la odontología con el que la película se funde de principio a fin). El anestésico encargado de bloquear los impulsos nerviosos será determinante en el devenir del doctor Sangster y, a lo largo de la historia, se planteará temas como la importancia de la unicidad de las dentaduras que hacen de ellas un elemento más relevante para la identificación de un individuo que sus propias huellas digitales, ya que aportan información en vida y mucho tiempo después de muerto. Un pequeño toque de antropología forense que constituye algo más que un llamativo detalle en este singular thriller.

 

Escena de la película

  Lo que no resulta tan insólito ni sorprendente para el espectador es contemplar a Steve Martin, el protagonista de “Sonrisa Peligrosa”, en el papel de un dentista. En 1.986 dejó para la historia del cine una coreografía inolvidable convertida en el doctor Orin Scrivello, un psicópata que eleva un altar a su propia madre y martirizaba a sus pacientes y a su novia. Al grito de “I´m a dentist” Martin entonaba un himno enloquecido en un musical, titulado “La pequeña tienda de los horrores”, que giraba en torno a una planta carnívora gigantesca. De loco dentista de quince años atrás queda poco en el doctor Frank Sangster, quizás lo más llamativo sea la capacidad de interpretación que Martin tiene tanto para la comedia como para el drama.
  Tampoco extraña demasiado que el realizador David Atkins haya ambientado uno de los pocos trabajos que ha dirigido para el cine, en el contexto de una consulta de dentista. Su padre y sus dos hermanos son odontólogos y él podía haber seguido la tradición, pero prefirió el mundo de la música primero y el del cine y la televisión después. Antes de emprender el rodaje, el propio Atkins pasó unas semanas en la consulta paterna para conocer más de cerca el mundo en el que iba a adentrarse en “Sonrisa peligrosa”.


“FALSAS APARIENCIAS” , DE JONATHAN LYNN, Y “MÁS FALSAS APARIENCIAS”, DE HOWARD DEUTH

En su título en inglés: The Whole Nine Yards hace referencia a toda la “retahíla” de cosas que le suceden al dentista protagonista. Su versión en castellano, Falsas apariencias, poco tiene que ver con ese título original. Pero cualquiera que sea la denominación que se elija, lo fundamental es que la película dirigida por Jonathan Lynn se mueve en el territorio de la comedia de aventuras, de principio a fin. En este caso el protagonista es un dentista llamado Nicholas Oseransky, conocido como “Oz”, un médico que vive en Canadá, goza de una posición desahogada y tiene una consulta que funciona, pero cuya desgracia es compartir su existencia con una mujer codiciosa (Rosanna Arquette) y una suegra que no le aprecia nada en absoluto y no duda en despreciarle siempre que tiene ocasión.

Matthew Perry interpreta a Oz y la imagen que aporta del doctor Oseransky  es la de un joven dentista con una vida anodina, rutinario y con poco carácter, que vive dominado por los deseos y las órdenes de su mujer. A sus pesares se une una deuda de su suegro a la que deberá hacer frente y que le hace afirmar con resignación que “vale más muerto que vivo”. Haciendo el contrapunto pronto aparece en escena el personaje al que da vida Bruce Willis: Jimmy Tudeski, El Tulipán, que vendrá a ocupar la casa de al lado y convertirse en el vecino misterioso. Tudeski es en realidad un asesino retirado al que persigue su pasado materializado en un grupo de mafiosos. Pero para él, a diferencia de lo que ocurre a Oz, la derrota no existe y sus estruendosas carcajadas se dejan oir mostrándole dichoso y seguro de sí mismo. El resto del reparto princiàl lo ocupa la ayudante del dentista (Amanda Pett) y la ex-mujer de El Tulipán (Natasha Henstridge), y alrededor de todos ellos un grupo de mafiosos que se encargará de complicarle mucho las cosas al doctor Oz ante la tranquilidad de El Tulipán, la otra cara de la moneda de ese pusilánime dentista que tendrá que cambiar si quiere sobrevivir y no ser arrollado por los acontecimientos.

El tonto de comedia que imprime Jonathan Lynn es el habitual también en otros de sus trabajos como My Cousin Vinny o Sargento Bilko. En Whole Nine Yards da forma además a uno personajes (surgidos de la imaginación del guionista Mitchell Kapner) que serán capaces de sobrevivir a la historia y volverán a encontrarse cinco años después en The Whole Ten Yards (Más falsas apariencias) dirigida por otro profesional de la comedia, Mitchell Kapner.

Ahora la situación es diferente: El Tulipán, casado con la antigua ayudante de la consulta dental de Oz, (otra asesina a sueldo deseosa de entrar en acción), disfruta de una vida tranquila en México. Los registros dentales que el dentista le facilitó le proporcionaron un buen pasaporte para librarse de cualquier implicación en la aventura anterior. Pero las cosas han cambiado radicalmente y mientras El Tulipán se dedica a su hogar, el doctor Oz se ha casado con su ex- mujer a la que la mafia húngara la acaba de secuestrar.

La moneda ha dado la vuelta y ahora los dentistas y sus ayudantes son aventureros y temerarios, mientras El Tulipán se encarga pacíficamente de las tareas de su hogar. Aunque, como en la primera película, la combinación perfecta se dará cuando Oz y El Tulipán vuelvan a unir sus fuerzas.

TÍTULO ORIGINAL: THE WHOLE NINE YARDS; DIRECCIÓN: JONATHAN LYNN; GUIÓN: MITCHELL KAPNER; MÚSICA: RANDY EDELMAN; FOTOGRAFÍA: DAVID FRANCO; INTÉRPRETES: BRUCE WILLIS, MATTHEW PERRY, ROSANNA ARQUETTE, MICHAEL CLARKE DUNKAN, NATASHA HENSTRIDGE, AMANDA PEET, KEVIN POLLAK; PRODUCCIÓN: FRANHISE PICTURES; NACIONALIDAD: EE.UU.; AÑO: 1.999; DURACIÓN: 94 MINUTOS
TÍTULO ORIGINAL: THE WHOLE TEN YARDS; DIRECCIÓN: HOWARD DEUTH; GUIÓN: GEORGE GALLO (PERSONAJES: MITCHELL KAPNER); MÚSICA: JOHN DEBNEY; FOTOGRAFÍA: NEIL ROACH; INTÉRPRETES: BRUCE WILLIS, MATTHEW PERRY, AMANDA PEET, KEVIN POLLAK, NATASHA HENSTRIDGE, TASHA SMITH; PRODUCCIÓN: WARNER BROS.PICTURES/FRANCHISE PICTURES PRESENTS A CHEYENNE PICTURES; NACIONALIDAD: EE.UU.; AÑO: 2004; DURACIÓN: 97 MINUTOS


‘LAL DARJA’, DE BUDDHADEV DASGUPTA

DIRECCIÓN: BUDDHADEV DASGUPT

INTÉRPRETES: SUBHENDU CHATTERJEE, GULSAN ARA AKHTAR, RAISUL ISLAM,
INDRANI HALDAR, BIPLAB CHARRERJEE, HARADHAN BANDOPADHYAY,
NANDINI MALIYA, SOMA CHAKRABORTY, SUDIP MAJUMDAR

 GUIÓN:  BUDDHADEV DASGUPTA

PRODUCCIóN: CHITRANI LAHIRI, DULAL ROY

NACIONALIDAD: INDIA

DURACCIÓN: 97 minutos

Lal Darja, en inglés The Red Door, nos presenta a un dentista llamado Nabin Dutta, que teme quedarse lisiado. A sus 47 años el panorama que le rodea es un hijo que estudia en Darjeeling, una mujer que no es feliz a su lado y quiere separarse, y un sentimiento personal de padecer alguna enfermedad. El conjunto de todo esto le provoca una terrible insatisfacción. Para intentar entender su tristeza compara su situación con la de su chófer, Dinu, un hombre que tiene dos esposas que viven encantadas con él. El doctor Dutta intenta comprender los motivos de su infedilidad, piensa en el pasado, en su infancia en Cherapunji y en la puerta de color rojo que su madre le decía que lo soportoba todo.  Ahora Nabin cree que él es como aquella puerta roja, y tras la marcha de su mujer y su hijo se pone a prueba para aprender a vivir a solas consigo mismo.

La primera noticia de que Nabi Dutta es dentista tiene lugar cuando, tras su visita a una especie de psicólogo éste le recomienda un medicamento caro y antes de recetárselo le pregunta por su situación económica. La siguiente imagen será al interior de la boca de un paciente, al que el doctor Dutta le está extrayendo una muela. Queda claro que el protagonista no tiene problemas económicos, que un dentista como él vive de forma acomodada y que dispone de un chófer que le espera a la salida del trabajo y que le lleva de un lado a otro.

La relación entre Dinu, el chófer, y el doctor Dutta es bastante próxima. Pero mientras el primero está preocupado por su supervivencia diaria y por sus relaciones con las dos mujeres que ocupan su vida y su corazón, el segundo vive en una continua angustia, recordando momentos de su infancia y preguntándose una y otra vez por el sentido de todo lo que le rodea: su trabajo, la relación con su mujer y la falta de comunicación con su hijo con el que apenas habla por teléfono.

En Lal Darja el doctor Dutta y su mujer llevan el peso de su drama personal y familiar. Ambos han llegado a una situación que parece no tener salida, y el realizador Buddhapev Dasgupta (poeta y cineasta independiente indio), da muestra de ello a través de unos pausados diálogos sobre el amor y soledad. Pero, a lo largo de la película, aparecen además una serie de elementos que se visualizan a través de la pantalla del televisor y que muestran el panorama en el que viven los personajes y el país: noticias sobre una plaga de asesinatos, sobre emigrantes indios en Estados Unidos e incluso sobre el hombre con la barba más larga del mundo, tienen su espacio en forma de reportaje televisivo.

Mientras todo eso pasa a su alrededor el doctor  Dutta atiende a sus pacientes y prosigue una vida diaria a la que encuentra cada vez menos sentido. En su consulta una curiosidad, un protésico dental, de edad bastante avanzada, ocupa una habitación adyacente a la consulta del dentista y elabora allí mismo las dentaduras potizas. A su alrededor una buena colección de ellas. El hombre, de edad bastante avanzada, es un empleado del doctor Dutta.

La coincidencia del trabajo del barbero y del dentista en unas cuantas películas del oeste se pone de manifiesto aquí a través de una especie de juego con dos imágenes que se superponen, la del doctor Dutta en su consulta y la de un barbero con su cliente. Pero está claro que el doctor Dutta no tiene mucho que ver con barbero, él tiene un status que le permitirá contratar a uno de sus pacientes para que siga a su mujer y compruebe si tiene un amante. El pago no será otro que el solucionar los graves problemas dentales del paciente que no dispone de dinero para pagar ni las extracciones ni la colocación de las nuevas piezas.

Que los problemas del doctor Dutta tienen que ver con la angustia de vivir se comprueba según se suceden los acontecimientos, pero incluso alguien que quiere ayudarle llegará a buscar la causa de su tristeza en su propia profesión: “Si estás siempre viendo dientes enfermos acabarás enfermando”.


“CRÓNICA DE UN SER VIVO”, DE AKIRA KUROSAWA

DIRECCIÓN: Akira Kurosawa

INTÉRPRETES: Toshirô Mifune, Takashi Shimura, Minoru Chiaki

 GUIÓN:  Hideo Oguni & Shinobu Hashimoto

NACIONALIDAD: Japón

DURACCIÓN: 103 minutos

Poco después de terminar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) Kiiji Nakajima, un anciano atemorizado por las consecuencias del bombardeo de Hiroshinma y Nagasaki, tiene una gran obsesión por construir un refugio antiatómico. Más tarde, expresa su deseo de emigrar con su familia a Brasil, para evitar la amenaza nuclear, actitud que los que le rodean no entienden. Finalmente, en plena locura, intentará quemar su propia fábrica.

       Crónica de un ser vivo’ está considerada, dentro de la filmografía de Kurosawa, como una rareza.   Cuando la dirigió, el cineasta japonés ya había hecho ‘Rashomon’, ‘Vivir’ o ‘Los siete samurais’, que habían tenido una excelente acogida fuera de su país, y se trataba de una película menos espectacular pero muy centrada en algunos aspectos de la vida cotidiana y de la gente de un Japón que todavía se recuperaba de las secuelas de los bombardeos nucleares. La sociedad japonesa estaba en ese momento queriendo sobreponerse a la humillación y dolor de su derrota en la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento Kurosawa había realizado ya grandes películas sobre esta temática como ‘El Ángel ebrio’, ‘El perro rabioso’ y ‘Un domingo maravilloso’. Aunque ‘Crónica de un ser vivo’ se considera una obra menor, el resultado final de esta película produce una gran sensación debido a la crítica que hace sobre las consecuencias psicológicas que las bombas nucleares provocaron en la población. También ataca el egoísmo del ser humano cuando es incapaz de entender al prójimo.
       Desde el inicio, esta película muestra que los dentistas tendrán que ver en la historia. La cámara se encargará de presentarnos al Dr. Harada (interpretado por Takashi Shimura, uno de los actores con los que contaba habitualmente Kurosawa), mientras abandona su clínica dental para acudir como mediador a un Tribunal de resolución de conflictos familiares donde trabaja como voluntario. El tema que tendrá que tratar es la petición de los miembros de la familia Nakajima para que inhabiliten al cabeza de familia, un industrial que quiere abandonar un próspera fundición que pertenece a la familia y con ese capital pretende comprar una granja en Brasil y llevarse allí a los suyos, para huir de las consecuencias de la radiactividad que han provocado los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki.
       Toshiro Mifune (el actor habitual del cine de Kurosawa) interpreta a Kinji, el anciano empeñado en marcharse de su país. El conflicto nace de la oposición de la familia a dejar Japón e invertir su dinero en los que ellos creen que es una aventura sin sentido y para esto tratan de que un jurado lo declare incapacitado.
       Kurosawa contrapone las escenas de nerviosismo de la familia Nakajima y las angustias del cabeza de familia, con las de la vida del Dr. Harada y su trabajo en la consulta. Sin embargo la existencia del dentista no volverá a ser la misma una vez que escuche a Kinji hablar sobre el peligro nuclear. A mediados de los años 50 la amenaza nuclear empezaba a provocar el pánico. Películas como ‘El increíble hombre menguante’ (1957), ‘Them’ (1954) o el primer ‘Godzilla’, pueden dar una idea de la preocupación. De alguna manera el Dr. Harada, el dentista mediador, personifica a todos esos ciudadanos japoneses, y del mundo en general, que viven tranquilos hasta que alguien como Kinjii les hace cuestionarse si el planeta está seguro ante la locura de acontecimientos que se han ido sucediendo. Kurosawa rodó las escenas interiores con varias cámaras en lugar de rodar las secuencias varias veces, lo cual le da al resultado final un aspecto casi documental y mucho más realista que favorece secuencias como las de la consulta del doctor Harada.
       Esta película fue nominada en el año 1956 en el Festival de Cannes a la Palma de Oro como mejor película.


CAUTIVOS

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Cartel de la película

AÑO: 1994

DIRECCIÓN: ANGELA POPE

INTÉRPRETES: TIM ROTH, JULIA ORMOND, KEITH ALLEN, RICHARD HAWLEY, JEFF NUTALL, BILL MOODY; 

PRODUCCIÓN: BRITISH BROADCASTING CORPORATION (BBC), MIRAMAX FILMS, DISTANT HORIZONS

NACIONALIDAD: GRAN BRETAÑA

DURACCIÓN: 100 minutos

La directora de cine británica Angela Pope debutó a principios de los años 70 con una serie de documentales realizados para la televisión, medio en el que estuvo trabajando durante bastante tiempo. En 1985 dirige Sweet As You Are, una historia de amor entre Liam Nesson y Miranda Richardson que se ve condicionada por el Sida. Casi una década después de aquello en Captives retoma el melodrama romántico centrándolo esta vez en la pareja interpretada por Tim Roth y Julia Ormond, un romance mediatizado también desde el origen por la condición de él, un condenado a diez años que se encuentra recluido desde hace más de siete en la cárcel donde ella irá a trabajar como dentista.

El ambiente sombrío y sórdido de Cautivos va sacando a primer plano poco a poco el thriller que lleva dentro. Angela Pope rueda su historia con altas cargas de verosimilitud y su vinculación con el territorio del documental se pone en evidencia. La vida carcelaria británica se cuenta en clave realista y, con el mismo cuidado con el que retrata el interior de uno de estos espacios de reclusión, dibuja el espacio de trabajo de la protagonista femenina, una dentista que se encarga de la salud dental de los prisioneros.

La consulta de la doctora Clifford tiene algunas peculiaridades evidentes. Sus pacientes no vienen de la calle, sino que lo hacen desde una celda situada no muy lejos de allí y llegan hasta ese lugar custodiados por un guardián que vigilará sus movimientos. Al abrir la puerta del consultorio lo que se ve a lo lejos no son enfermeras ni recepcionistas, sino guardianes vestidos de uniforme y armados.

Angela Pope aprovecha los pequeños detalles del trabajo de un dentista para derivarlos hacia el territorio de la atracción personal. Así cuando Julia Ormond toca la mejilla de su paciente para comprobar el estado de su dentadura, le realiza una radiografía o toma un molde de su boca, el espectador percibe un juego de seducción más que una revisión dental rutinaria.

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Escena de la película

Al igual que en películas como Babel o XXXX, aquí la dentista también se convierte en el objeto del deseo, mientras desarrolla su trabajo. En este caso la atracción que el prisionero muestra por la doctora se ve respondida positivamente y la consulta se convierte en el lugar donde surge una atracción que deberá ser disimulada del entorno y reservada únicamente para el espectador que sí podrá contemplar el alcance de la atracción sexual se va desatando entre ambos.

La química entre dos actores como Ormond y Roth contribuyen a hacer más creíble la historia. Julia Ormond (Leyendas de pasión, El curioso caso de Benjamin Button) da credibilidad a la joven y atractiva dentista que un par de días a la semana trabaja en una consulta en el interior de la cárcel, mientras que Tim Roth (El planeta de los simios; Funny Games) se convierte en el atractivo y misterioso paciente/prisionero.

Pope aprovecha la cercanía entre paciente y doctora para iniciar el ritual de seducción y pasa a continuación a convertir a la dentista en la depositaria de las confesiones de un recluso que, durante siete años ha permanecido solo sin recibir una visita. Así la cercanía entre ambos se va estrechando hasta llegar a un final inesperado.


EL DIARIO DE ANA FRANK

 

CARTELAÑO: 1.959

DIRECCIÓN: George Stevens

INTÉRPRETES: Millie Perkins, Joseph Schildkraut, Shelley Winters, Richard Beymer, Gusti Huber,Lou Jacobi, Diane Baker, Douglas Spencer, Dodie Heath, Ed Wynn

PRODUCCIÓN: 20th Century Fox

NACIONALIDAD:  Estados Unidos

DURACIÓN: 170 minutos

La película está ambientada en Amsterdam en julio de 1942, en plena II Guerra Mundial y con la ciudad tomada por los nazis. Por esta razón, la familia Frank se esconde en la buhardilla del señor Krater. Allí convivirán con otro grupo de judíos, los Van Pels (también llamado Van Daan en Holanda) y con el dentista Fritz Pfeffer, mencionado en el diario con el seudónimo de Albert Dussel, amigo del padre de Ana y al que acogieron por encontrarse en la misma situación que ellos. Después de más de dos años de haber estado ocultos, son descubiertos y deportados a campos de concentración. De los ocho escondidos sólo sobrevivirá Otto Frank, el padre de Ana. Después de su muerte, Ana se hará mundialmente famosa gracias al diario que escribió durante el tiempo que estuvo escondida.

La película, del año 1959, obtuvo 3 Oscars y un Globo de Oro. Otto Frank autorizó a la 20th Century Fox la preparación de la película, que contó con un presupuesto de 3 millones de dólares. En un principio se pensó en Natalie Wood para el papel de Ana, pero acabó rechazándolo. El Sr. Frank también se entrevistó con Audrey Hepburn, quien finalmente también declinó la oferta por considerar que debido a la diferencia de edad no podía dar en pantalla la imagen de la adolescente. Además, se sentía demasiado afligida por la implicación emocional que conllevaba este trabajo, ya que ella también había vivido la ocupación nazi en Holanda y había leído la versión original del libro. No obstante mantuvo la amistad con Otto Frank hasta su muerte en 1980 y fue presidenta de la Anne Frank Educational Trust Uk. Finalmente el papel fue para la actriz Millie Perkins.

El dentista es el último en incorporarse al grupo de escondidos. Llega el 17 de noviembre de 1942 y fue Ana quien tuvo que compartir habitación con él. Aunque en principio Ana lo considera un hombre simpático más tarde su relación se tensará pues él se burlaba de ella acerca de su diario. Tenían constantes discusiones a la hora de ocupar el escritorio, pues él lo utilizaba para revisar historiales de antiguos pacientes y ella para escribir.

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Escena de la película

La vida de Pfeffer no fue fácil. Tras divorciarse de su primera mujer, decide casarse con Charlotte Kaletta, pero las leyes de Nürnberg de 1935 prohibían las uniones entre judíos y no judíos. Tras la Noche de los Cristales Rotos en Berlín, emigraron a Holanda, pero aquí tampoco les permitieron casarse. Ellos querían seguir su viaje hacia América del Sur, pero no consiguen abandonar los Países Bajos. Cuando Pfeffer se esconde, su novia le envía, a través de un mensajero, cartas, libros, paquetes e instrumentos de odontología que él le había encargado.

Cuando la Gestapo entró en la casa, los ocho fueron deportados a campos de concentración. El dentista pasó por Buchenwald y Sachsenhausen, pero finalmente murió en el campo de concentración de Neuengamme.

El film cuenta la vida de este grupo de judíos escondidos que no tienen que hacer ruido, sienten miedo y, bien o mal, tienen que pasar el tiempo juntos. El diario es el gran apoyo de Ana, quien también escribe en él cuentos cortos y colecciona citas de escritores en su “Libro de frases bonitas”. Asistimos al relato de las vivencias de una adolescente, de sus preocupaciones, del despertar del amor, llena de sueños y ansias por disfrutar de una vida que ve a través de los cristales de la Casa de Atrás, obligada a privarse de libertad y a convivir con otras siete personas las 24 horas del día. También conocemos a una Ana charlatana, inquieta, rebelde, con una gran profundidad psicológica que escribe un diario durante dos largos años sin intención de que pase a la posteridad. La película reflexiona sobre el ser humano y sus sentimientos, la guerra, la familia, el amor, la amistad, la fraternidad… todo ello desde el punto de vista de un adolescente.


“THE DENTIST”, de Leslie Pearce

AÑO: 1932 

DIRECCIÓN: LESLIE PEARCE

INTÉRPRETES: W.C. FIELDS, MARIORIE KANE, ARNOLD GRAY, DOROTHY GRANGER, ELISE CAVANNA, ZEDINA FARLEY 

FOTOGRAFÍA: JOHN W. BOYLE(B&W)

PRODUCCIÓN: MACK SENNETT COMEDIES

NACIONALIDAD: EE.UU

DURACIÓN: 21 MINUTOS

Echando un vistazo a la ficha técnica de The dentist se puede observar que el personaje principal es el mismo que el guionista de la Dentist1historia. Es decir que W.C. Fields se imaginó a sí mismo como ese dentista despistado, irascible y un poco temerario cuya hija quiere casarse con un pretendiente que no le gusta al padre y que, para evitarlo, decide encerrar a la chica en el piso superior de su consulta con los consiguientes problemas que esto le acarreará.

Al dentista creado por Fields le gusta jugar al golf, un deporte que el propio guionista incluyó en varios de sus trabajos anteriores y posteriores. En 1930, en The Golf Specialist, W.C. Fields (cuyo nombre completo era William Claude Dukenfield) situaba a los principales personajes de un relato detectivesco en un campo de golf donde ocurría una buena colección de situaciones disparatadas. Pero incluso antes de aquel cortometraje, la vinculación de Fields y el golf se puede rastrear en los numerosos números de humor que protagonizó sobre los escenarios de Broadway y dentro de los llamados Ziegfeld Follies. En su historial incluso se puede encontrar un corto realizado con una leyenda del golf, Bobby Jones. En The dentist el fuego de golf y el desempeño de la profesión de dentista se reparten los gags.

No es tan fácil determinar el por qué del interés de W.C. Fields por los dentistas, aunque de su afición por el mundo de la medicina puede dar alguna pista el hecho de que en 1934 co-escribiera el guión de You´re Telling Me!; de nuevo padres, hijos, diferencias sociales y caos pero, en esa ocasión, un optometrista en el papel principal (por cierto, el momento cumbre de la película también tiene lugar en un campo de golf).

The_Dentist2Está claro que a Fields le gustaba combinar la profesión médica y el cine que, por encima de todo, era capaz de encontrar la vena cómica de situaciones que, contadas de otra manera, difícilmente podrían provocar la risa. La consulta del protagonista de The Dentist es un auténtico catálogo de situaciones humorísticas en el que aparecen elementos extraídos del mundo de las variedades que ofrecen esa expresividad que hasta poco antes había derrochado el cine mudo. Los juegos con el sillón del dentista, el hombre con una barba tan poblada que podía servir de nido para los pájaros pero que hacía difícil inspeccionarle la boca, ofrecen momentos de diversión.

Sin embargo uno de los números más inolvidables es el de la mujer que ocupa el sillón del dentista para que le extraiga una muela y pronto entre ella, las tenazas y el médico se establece un todo inseparable que provocará una especie de danza difícilmente interpretable por actores que no pertenecieran al terreno de la comedia en grado superlativo (entre ellos Dorothy Granger, la intérprete femenina, una actriz que trabajó con grandes del humor como Abbott y Costello o Laurel y Hardy). Al caos provocado en la consulta por los métodos del doctor, se unen los saltos y los golpes que la hija prisionera realiza desde el piso superior y que serán capaces de provocar una auténtica hecatombe en lo que es un lugar para el trabajo donde la concentración es imprescindible.

Es posible que The dentist sea el primer título, dentro del mundo del cine, que abiertamente y sin necesidad de otros adjetivos se refiera a la figura del dentista. Detrás vendrán unos cuantos más, entre otros la célebre película de Brian Yuzna. En este caso se trata de un cortometraje de 21 minutos de duración que, sin embargo, retrata con detalle una consulta de la época. La película dirigida por Leslie Pearce, enlaza con unos cuantos títulos que, en los primeros años de vida del cine, vincularon la profesión con el territorio de la comedia.