Cine, Dientes y Dentistas

Web sobre la relación del cine con los dentistas, los dientes y el mundo de la odontología


“TAMAÑO NATURAL”, de Luis García Berlanga

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Cartel de la película

AÑO: 1973

DIRECCIÓN: Luis García Berlanga 

INTÉRPRETES: Michel Piccoli, Rada Rassimov, Amparo Soler Leal, Queta Claver, Manuel Alexandre, Julieta Serrano

FOTOGRAFÍA: Alain Derobe

MÚSICA:  Maurice Jarre

NACIONALIDAD: Francia-España-Italia

DURACIÓN: 100 minutos

 

En 1973, después de haber dirigido títulos como Bienvenido, Mister Marshall (1953), Plácido (1961), El verdugo (1963), Luis García Berlanga da un paso más y se adentra en un análisis del comportamiento humano personificado en la figura de un odontólogo. Rafael Azcona, el guionista que se encontraba detrás de los mejores trabajos del director valenciano, firma junto a él esta historia “buñueliana”, como ha llegado a ser definida, y que recurre al absurdo para hablar de la soledad humana y de la dificultad de comunicación entre unos y otros.

Tamaño natural cuenta la historia de Michel, un dentista parisino de 45 años que no encuentra demasiado sentido ni al matrimonio en declive en el que habita ni a las numerosas infidelidades que protagoniza. Todo parece girar ciento ochenta grados cuando encuentra un maniquí del que se enamora y que le lleva a divorciarse de su mujer para empezar una nueva vida con la muñeca. En su entorno su madre entenderá la situación e incluso le prestará su ropa, sus amigos se burlarán de él y su ex-esposa se enfadará primero para pasar luego a competir con el maniquí.

El dentista creado por Berlanga encontrará en su nuevo amor todos los requisitos que buscaba en una mujer: es hermosa, no envejece, no opina, no pide nada, no tiene enfermedades… Ella ocupa, cómo no, un espacio también en el interior de su consulta, en el sillón que ocupan sus pacientes.

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Escena de la película

El tema de hombres enamorados de seres inanimados se ha repetido a lo largo de la historia del cine. En 1919 Ernst Lubistsch dirigía La muñeca en la que un joven sin mucho interés por el sexo decide engañar a su rico tío casándose con una muñeca de tamaño natural para obtener así su fortuna. En 2007 Lars y la chica real de Craig Gillespie se ocupa del tema del hombre enamorado de Bianca, una muñeca hinchable, y en 2009 el cineasta japonés Hirokazu Kore eda muestra a la plastificada compañera de un hombre solitario que vive en un pequeño apartamento y que le espera imperturbable en un rincón. Cuando la fantasía del dueño de la muñeca se haga realidad y ella cobre vida, las cosas cambiarán demostrando que los sueños no se cumplen nunca exactamente como los habíamos imaginado. Un poco más allá, y en tiempos más virtuales, en 2013 Spike Jonze idea Her, donde la corporeidad de la muñeca ha desaparecido y el protagonista se enamora de un sistema operativo, sofisticado y sensual.

Sin llegar a ese extremo, el doctor que interpreta Michel Piccoli, que comparte con él incluso su nombre, se aferrará a su muñeca hinchable huyendo de la asfixia que le provoca cuanto le rodea. El preciado regalo llegará de Japón, auténtico paraíso para representar cualquier elemento que se salga de lo convención, y su propietario encontrará en él la satisfacción de sus sueños mientras García Berlanga da rienda suelta a su gusto por la búsqueda del lado oscuro.


“ADVENTURES OF A DENTIST”, de Elem Klimov

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Cartel de la película

AÑO: 1965

DIRECCIÓN: Elem Klimov

INTÉRPRETES: Andrey Myagko, Vera Vasilyeva, Alisa Freindlich, Panteleymon Krymov, Andrei Petrov

FOTOGRAFÍA: Samuil Rubashkin 

MÚSICA: Alfred Shnitke

NACIONALIDAD: Rusia

DURACIÓN: 82 minutos

 

El cineasta ruso Elem Klimov aprovecha la historia de un dentista para hablar de una constante universal: el talento es un arma peligrosa y suele crearse muchos y muy duros enemigos. En este caso quien hace gala de su agudeza y de su habilidad es un dentista con un talento natural para extraer dientes sin dolor. Pero su peculiaridad no hace precisamente del doctor Chesnokov alguien popular dentro de su gremio, sino más bien todo lo contrario ya que sus colegas ven en él un rival peligroso y en sus dotes para extraer las piezas, un desafío con el que no se sienten capaces de competir.

Así el doctor Chesnokov ve cómo, lejos de aplaudir su manera de trabajar, todos le dan la espalda y le
ridiculizan complicándole la vida personal y profesional. La filosofía de Adventures of a dentist no gustó a la censura en su país y, ante la negativa del realizador de hacer ningún cambio, la película obtuvo la calificación más baja, lo que significó que su estreno se produjo en un número muy pequeño de salas de cine. Para los encargados de los permisos correspondientes, detrás de la historia de Chesnokov se encontraba una teoría sobre el poder destructivo de la sociedad hacia aquellos que están más dotados o que mejor ejercen su labor que no gustaba a la censura.

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Escena de la película

Para aproximarse a The adventures of a dentist hay que acercarse también a la figura de su director, Elem Klimov, un cineasta ruso perteneciente, como Andréi Tarkovski, Vasili Shukshín y Larisa Shepitkó, a la generación de los niños de la guerra. Klimov dirigió un total de cinco películas, todas ellas de alguna manera provocadoras, y filmó un documental, Larisa, sobre Larisa Shepitkó, su esposa, que murió a los cuarenta años a causa de un accidente de automóvil.

El historial cinematográfico de Klimov no fue un camino fácil. En 1964 dirigió una sátira contra la
burocracia titulada Bienvenido o prohibido el paso a personal no autorizado, en 1965 Adventures of a dentist, que sufrió las consecuencias de la censura, en 1974 Agonía, sobre Rasputín y la revolución del 17, una película que fue prohibida por el régimen y no se estrenó hasta 1985. En 1971 dirigió Adios a Matiora, un proyecto que su esposa no pudo rodar a causa de su prematura muerte, en la que los censores vieron una evidente proclama ecologista. Anda y Mira (1985), su última película, con la que ganó el Festival Internacional de Moscú, es una de las crónicas más duras sobre la guerra. Klimov la rodó durante la perestroika de Mijaíl Gorbachov, una época en la que él mismo llegó a ser el presidente de la Unión de Cineastas. Entre los proyectos que nunca llegó a dirigir se encuentran Los Demonios, basado en la obra de Dostoievski y El Maestro y Margarita de Bulgákov chocaron frontalmente con los intereses del Comité Estatal de Cine.

La historia de The adventures of a Dentist le permitió a Klimov radiografiar a la sociedad rusa de los años sesenta. El propio realizador llegó a hablar de los problemas que sufrió la película “porque apareció en época de Breznev, un período de degradación ideológica y terror espiritual que ha echado por tierra muchas cosas en nuestra sociedad. Mi película se archivó. Se guardaron también en oscuras estanterías otras mucho mejores que la mía, alguna de Tarkovski, por ejemplo”.