AÑO: 1965
DIRECCIÓN: Elem Klimov
INTÉRPRETES: Andrey Myagko, Vera Vasilyeva, Alisa Freindlich, Panteleymon Krymov, Andrei Petrov
FOTOGRAFÍA: Samuil Rubashkin
MÚSICA: Alfred Shnitke
NACIONALIDAD: Rusia
DURACIÓN: 82 minutos
El cineasta ruso Elem Klimov aprovecha la historia de un dentista para hablar de una constante universal: el talento es un arma peligrosa y suele crearse muchos y muy duros enemigos. En este caso quien hace gala de su agudeza y de su habilidad es un dentista con un talento natural para extraer dientes sin dolor. Pero su peculiaridad no hace precisamente del doctor Chesnokov alguien popular dentro de su gremio, sino más bien todo lo contrario ya que sus colegas ven en él un rival peligroso y en sus dotes para extraer las piezas, un desafío con el que no se sienten capaces de competir.
Así el doctor Chesnokov ve cómo, lejos de aplaudir su manera de trabajar, todos le dan la espalda y le
ridiculizan complicándole la vida personal y profesional. La filosofía de Adventures of a dentist no gustó a la censura en su país y, ante la negativa del realizador de hacer ningún cambio, la película obtuvo la calificación más baja, lo que significó que su estreno se produjo en un número muy pequeño de salas de cine. Para los encargados de los permisos correspondientes, detrás de la historia de Chesnokov se encontraba una teoría sobre el poder destructivo de la sociedad hacia aquellos que están más dotados o que mejor ejercen su labor que no gustaba a la censura.
Para aproximarse a The adventures of a dentist hay que acercarse también a la figura de su director, Elem Klimov, un cineasta ruso perteneciente, como Andréi Tarkovski, Vasili Shukshín y Larisa Shepitkó, a la generación de los niños de la guerra. Klimov dirigió un total de cinco películas, todas ellas de alguna manera provocadoras, y filmó un documental, Larisa, sobre Larisa Shepitkó, su esposa, que murió a los cuarenta años a causa de un accidente de automóvil.
El historial cinematográfico de Klimov no fue un camino fácil. En 1964 dirigió una sátira contra la
burocracia titulada Bienvenido o prohibido el paso a personal no autorizado, en 1965 Adventures of a dentist, que sufrió las consecuencias de la censura, en 1974 Agonía, sobre Rasputín y la revolución del 17, una película que fue prohibida por el régimen y no se estrenó hasta 1985. En 1971 dirigió Adios a Matiora, un proyecto que su esposa no pudo rodar a causa de su prematura muerte, en la que los censores vieron una evidente proclama ecologista. Anda y Mira (1985), su última película, con la que ganó el Festival Internacional de Moscú, es una de las crónicas más duras sobre la guerra. Klimov la rodó durante la perestroika de Mijaíl Gorbachov, una época en la que él mismo llegó a ser el presidente de la Unión de Cineastas. Entre los proyectos que nunca llegó a dirigir se encuentran Los Demonios, basado en la obra de Dostoievski y El Maestro y Margarita de Bulgákov chocaron frontalmente con los intereses del Comité Estatal de Cine.
La historia de The adventures of a Dentist le permitió a Klimov radiografiar a la sociedad rusa de los años sesenta. El propio realizador llegó a hablar de los problemas que sufrió la película “porque apareció en época de Breznev, un período de degradación ideológica y terror espiritual que ha echado por tierra muchas cosas en nuestra sociedad. Mi película se archivó. Se guardaron también en oscuras estanterías otras mucho mejores que la mía, alguna de Tarkovski, por ejemplo”.