TÍTULO ORIGINAL: Django Unchained
DIRECCIÓN: Quentin Tarantino
INTÉRPRETES: Jamie Foxx, Kerry Washington, Leonardo DiCaprio, Christoph Waltz, Samuel L. Jackson
FOTOGRAFÍA: Robert Richarsdson
MÚSICA: Varios
NACIONALIDAD: EE.UU
DURACIÓN: 165 minutos
El western de todos los tiempos conserva un lugar muy especial para los dentistas. Un cineasta como Tarantino, cuyos gustos cinéfi los se forjaron entre las estanterías de un videoclub, no podía estar ajeno a esta constante, y por eso no es extraño que en su western del siglo XXI, Django desencadenado, uno de los protagonistas sea precisamente un dentista.
En el Oeste clásico la figura del dentista iba unida a la del médico, a la del cirujano e, incluso, a la del barbero y su tarea permanecía siempre muy cercana a la idea del dolor. En un buen número de títulos, el dentista era además un personaje alcoholizado al que sus conocimientos servían a veces para redimirse, aunque fuera momentáneamente. Tarantino sabe de todas estas peculiaridades y conoce a los médicos/dentistas que aparecen en películas como El árbol del ahorcado, de Delmer Daves; Río Lobo, de Howard Hawks; Tres forajidos y un pistolero, de Richard Fleischer; Pasión de los fuertes, de John Ford; Muerde la bala, de Richard Brooks, o La hora de las pistolas, de John Sturges.
Pero si hay un dentista en el que Tarantino se ha fijado para componer al doctor King Schultz de Django desencadenado, ese es “Indoloro”, el personaje que encarna Bob Hope en la película de Norman Z. McLeod Rostro pálido (1948). “Indoloro” viaja por el Oeste en una caravana en cuya
lona aparece dibujada una muela gigantesca. El director de Malditos bastardos copia la idea e instala
una muela, también gigante, sujeta a un enorme muelle que la mantiene en constante movimiento,
sobre la caravana del doctor Schultz.
CAMBIO DE OFICIO
Pero hay más coincidencias. “Indoloro” abandona su consulta, se adentra en las praderas del lejano Oeste acompañado por Juanita Calamidad (Calamity Jane) y disfruta con la idea de ser un héroe. En el caso del doctor Schultz, su compañero de viaje será un esclavo llamado Django, y su heroísmo estará estrechamente relacionado con el botín que obtenga, porque su nueva profesión es la de cazarrecompensas.
Y en eso del cambio de oficio, el doctor Schultz coincide también con otro mítico dentista del lejano Oeste, Doc Holliday. El amigo de Wyatt Earp cambió la odontología por el póquer; el doctor Schultz la abandona por la caza de forajidos, aunque siga viajando en su carreta de dentista.
Su transformación en dentista cazarrecompensas le ha valido a Christopher Waltz una nominación a los Oscar como Mejor Actor de Reparto. En 2009 su papel de oficial nazi en Malditos Bastardos le proporcionó una estatuilla en esa misma categoría. Está claro que Tarantino tiene una habilidad especial para crear inolvidables personajes de reparto.
Y, por si no quedara sufi cientemente clara la importancia que Tarantino le da a la profesión del doctor Schultz, solo hay que echar un vistazo al nombre que le ha puesto al malvado que interpreta Leonardo DiCaprio: Calvin Candie; y a su plantación: Candyland, es decir, “País de los dulces”. La denominación proviene de un juego de mesa muy popular en el mundo anglosajón, pero seguramente Tarantino, tan afi cionado a los homenajes y a las coincidencias, no podía dejar pasar la oportunidad de contraponer las bondades de su dentista cazarrecompensas con la maldad del hombre que ha bautizado su imperio como el paraíso de las golosinas.
Christoph Waltz interpreta al doctor King Schultz. En la imagen, junto al esclavo Django (interpretado por Jamie Foxx), su compañero de viaje en la película.