DIRECCIÓN: Todd Phillips
INTÉRPRETES: Bradley Cooper (Phil), Zach Galifianakis (Alan), Ed Helms (Stu), Justin Bartha (Doug), Jeffrey Tambor (Sid Garner), Ken Jeong (Sr. Chow), Mike Tyson (él mismo), Jamie Chung (Lauren), Paul Giamatti (Kingsley), Mason Lee (Teddy), Sasha Barrese (Tracy)
FOTOFRAFÍA: Lawrence Sher
MÚSICA: Christophe Beck
NACIONALIDAD: Estados Unidos
DURACIÓN: 102 min.
Cierto es que el estreno de esta película en España, a finales del pasado mes de junio, en pleno ve-rano, pudo ser un buen momento para ver este tipo de cine gamberro que hará las delicias de quienes se quedaron con ganas de ver más de lo mismo. Las vacaciones, el sol, el cerebro desenchufado, el encefalograma plano, ganas de reír, ninguna exigencia… y, en este estado de ánimo, puede ser soportable.
Pero, para los que prefieren un humor menos chabacano, menos políticamente incorrecto, menos grosero… mejor abstenerse.
Todo lo que fue sorpresa en Resacón en Las Vegas, es aquí auto-plagio. Todo se repite: la borrachera monumental aderezada con drogas que provoca una amnesia absoluta a nuestros protagonistas, el despertar habiendo perdido a uno de los compañeros de juerga, la búsqueda de este personaje intentando reconstruir las horas olvidadas, la llegada en el último minuto a la boda y la reconstrucción de los hechos por medio de unas fotos que se han ido tomando durante toda la noche y que se muestran al espectador junto a los títulos de crédito. Aquí se desvela en pocos segundos todo lo acontecido en esa noche de locura. Pero claro, si este final nos sorprendió la primera vez, ahora ya no hay sorpresa posible.
Los cambios son mínimos: en lugar de en Las Vegas, la acción transcurre en Bangkok, en vez de un bebé, nuestros protagonistas tienen un monje budista con voto de silencio, y así se van sucediendo las escenas, más gamberras aún si cabe que en Resacón en Las Vegas.
EL DENTISTA, OTRA VEZ EL TONTO
Nuestro dentista, Stu, es esta vez el novio. Va a casarse con una guapísima mujer de origen tailandés. Vuelve a aparecer, al principio, como el más formal de los tres amigos. No quiere problemas e intenta que su despedida de soltero sea un simple desayuno con tortitas, zumo y café. Sin embargo, las cosas se irán complicando y al final volverá a verse arrastrado por sus amigos al tipo de despedida que él no quería volver a vivir. Vuelve a ser el más tontorrón de todos: le sigue tocando pagar a él, vuelven a surgir confusiones al llamarle doctor, sobre si es médico o no, y así como en la primera película terminaba extrayéndose un incisivo, esta vez aparece con un tatuaje enorme en la cara. Para compensar este aspecto bonachón y serio del dentista, en la película le hacen aparecer como el más salvaje a la hora de la juerga. De hecho, llega a decir: “Llevo a Lucifer dentro de mí”. El caso es que parece que Resacón 3 ya debe de estar en la idea de los productores. Han encontrado una manera fácil de hacer dinero y creo tendremos gamberros para rato. Las cifras de taquilla de esta segunda parte han sido impresionantes. ¿Qué le ocurrirá a nuestro dentista en la tercera parte?