Título original: You Were Never Really Here; Año: 2017; Duración: 95 minutos; País: Reino Unido; Dirección: Lynne Ramsay; Guión:Lynne Ramsay (Novela: Jonathan Ames); Intérpretes: Joaquin Phoenix, Alessandro Nivola, John Doman, Judith Anna Roberts,Alex Manette, Ekaterina Samsonov, Kate Easton, Jason Babinsky, Frank Pando,Ryan Martin Brown, Scott Price, Dante Pereira-Olson, Jonathan Wilde,Leigh Dunham, Vinicius Damasceno.
Como directora, escritora y productora Lynne Ramsay es originaria de Escocia y comenzó en el mundo del cine en 1999. Desde entonces ha dirigido cuatro largometrajes: Ratcatcher (1999), ambientada en Glasgow y que habla sobre un niño de doce años que carga con la culpa de la muerte de un amigo ahogado en el río; Morvern Callar (2002) acerca de una joven cuyo novio se acaba de suicidar y al que suplanta firmando su novela antes de enviarla a un editor; Tenemos que hablar de Kevin (2011) protagonizada por un adolescente que se encuentra en la cárcel tras haber cometido un crimen y centrada en los recuerdos que su propia madre va desgranando mientras trata de entender cómo ha llegado hasta el punto en el que se encuentra; y En realidad, nunca estuviste aquí (2017).
Esta última película de Ramsay está basada en una novela corta escrita en 2013 por Jonathan Ames, un escritor neoyorquino en cuya vida profesional,previa a la literatura,él mismo menciona una serie de actividades que van de su experiencia como modelo, a un trabajo como extra en una película porno e incluso una temporada conduciendo un taxi. Posiblemente de todas estas experiencias pudo sacar nutrientes para novelas como En realidad, nunca estuviste aquí, que se mueve en los sórdidos ambientes de una gran ciudad siguiendo los pasos de un personaje extremo. Joe, el protagonista de la novela y de la película, es un exmarine que ha trabajado para el FBI, que vive con una madre enferma y que se dedica a resolver “encargos”, el último de los cuales consiste en recuperar a una niña angelical de manos de una mafia de explotación.
Los flash backs acompañan toda la trama y funcionan para permitir que el espectador entre en la cabeza de Joe y sepa de su pasado: su infancia repleta de violencia, de una vida en la que ha sufrido la agresividad de la guerra en un país lejos del suyo y de las mafias y los delincuentes en su propio entorno. Así que Joe, que es un hombre que no habla demasiado, es esa persona capaz de sacarse a sí mismo un diente sin pensárselo dos veces, aunque esto le lleve a pasar prácticamente media película con un enorme flemón que, posiblemente, le resulta más molesto de lo que pueda parecer, aunque no lo explicite en ningún momento. La secuencia no estaba en el guión original pero resultaba altamente dramática y le aportaba a ese personaje tan poco comunicativo la evidencia de que era un tipo realmente duro y autosuficiente.
La película de Ramsay crea para Joe un entorno en el que no le preocupa evidenciar su paralelismo con películas ya clásicas, como Psicosis de Alfred Hitchcock. En el espacio en el que habita la madre del protagonista no faltan referencias al autor de Los pájaros. Pero Joe no es Norman Bates, aunque viva también en un mundo aislado y le persigan los fantasmas del pasado. Joe, y así lo muestra incluso el cartel de la película, es un rescatador de aquello que queda cuando han pasado todas las tormentas. La actrizEkaterina Samsonovda vida a esa niña en la que se personifican los restos de ese naufragio contemporáneo. Y Joe, ese hombresufrido que es capaz de extraerse sus propias piezas dentales, está ahí para recogerlos. El hecho de que sea capaz de hacerlo con su cara deformada por un enorme flemón no hace sino convertirlo en un auténtico resistente y sufridor. No se trata de un héroe ni mucho menos de un superhéroe, sino de alguien que carga con sus propias cicatrices. “Un Jorobado de Notre Dame o la Bestia, no James Bond”, ha dicho de él Lynne Ramsay.